Un estudio de la universidad de Viena ha revelado que las mujeres duermen mejor solas que acompañadas y que, por el contrario, los hombres descansan más profundamente junto a una compañera. Estas diferencias se deben, por un lado, a la gran sensibilidad de la mujer a los movimientos de su pareja durante la noche, que condiciona el descanso profundo, mientras que el hombre asimila la presencia de su compañera a la de la seguridad de dormir en grupo, que procede de costumbres ancestrales, aún presentes en nuestro psiquismo.
Fuente: Tendencias 21
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