Arqueólogos franceses descubrieron pinturas murales de 11 mil años de antigüedad, bajo tierra al norte de Siria, que se cree que sería el más antiguo del mundo. La pintura tiene dos metros cuadrados, con tres colores: rojo, negro y blanco. Fue descubierta en el yacimiento neolítico Djade al-Mughara, sobre el río Eufrates, al noroeste de la ciudad de Aleppo.
“Parece una pintura moderna”, le dijo a Reuters Eric Coqueugniot, líder del equipo de arqueólogos. “Algunos de los que la vieron la vinculan al trabajo de Paul Klee. Pero la datación por carbono 14 lo fechó en el 9000 antes de Cristo”.
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