Un parásito recién descubierto transforma de manera tan dramática a su huésped, una hormiga, que ella llega a semejar una jugosa baya roja y lista para recoger, de acuerdo a un informe aceptado para su publicación en The American Naturalist. Este es el primer ejemplo de mimetismo de una fruta provocado por un parásito, dicen los coautores. Supuestamente, el cambio dramático en apariencia y comportamiento engaña a las aves para que coman a las hormigas infectadas –con todo y parásitos– y más tarde esparzan al parásito en sus heces.
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