Estudiando pequeños cristales de roca basáltica lunar traídos a la Tierra por los astronautas del programa Apolo, científicos de la Universidad Brown, en los Estados Unidos, descubrieron que contenían rastros de agua en una cantidad tan pequeña que había sido indetectable para los instrumentos con que se los había analizado hasta ahora.
En un trabajo que hoy se publica en Nature , los geólogos afirman que esas muestras proceden del interior de la Luna y que emergieron en erupciones volcánicas hace más de 3000 millones de años.
Las pequeñísimas esferas estudiadas por Albert E. Saal y colegas miden entre 0,1 y 0,4 mm de diámetro. Las rocas, al ser lanzadas al exterior, habrían contenido alrededor de 745 partes por millón de agua.
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