La alta atmósfera de nuestro planeta está conectada directamente al Sol por gigantescas cuerdas magnéticas, a lo largo de las cuales se transmite la energía que alimenta las tormentas magnéticas y las auroras boreales.
"Los satélites pusieron así en evidencia la existencia de cuerdas magnéticas que conectaba las capas superiores de la atmósfera terrestre con el Sol", declara David Sibeck, uno de los científicos del proyecto Themis en el Centro de Vuelo Goddard de
Una cuerda magnética es una maraña de campos magnéticos entrelazados como una cuerda de cáñamo. Estas estructuras aparecen y se desenredan luego en algunos minutos, pero esta existencia furtiva es suficiente para canalizar una cantidad de energía fenomenal.
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