Un gran lago con témpanos en sus aguas desapareció de la noche a la mañana, dejando en su lugar una gigantesca fosa de 30 metros de profundidad, también con témpanos, pero depositados en suelo seco, informó un jefe de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Romero señaló que una patrulla de cinco funcionarios de Conaf, en un recorrido habitual, mensual, constató que los hielos de diversos tamaños ya no flotaban durante todo el año en las aguas del lago, sino que estaban depositados en el fondo de un gran cráter.
La tarea de los geólogos es ahora determinar si la enorme masa de agua se filtró por las hendiduras de la fosa.
Fuente: La Nación
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