Mucho antes de que entrasen en escena los animales con extremidades (los tetrápodos), hace aproximadamente 365 millones de años, los peces ya poseían los genes asociados con los sistemas necesarios para ayudar a hacer crecer manos y pies (autópodos), según un nuevo estudio realizado por investigadores de
Este hallazgo derriba una teoría sostenida durante muchos años, aunque muy debatida, que plantea que la adquisición de extremidades fue un evento evolutivo nuevo, que requirió de los descendientes de los peces de aleta lobulada una drástica alteración de sus genes para adaptar sus cuerpos al nuevo entorno de arroyos y pantanos.
Fuente: Noticias de Ciencia
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