La Universidad de Arizona está elaborando un estudio encargado por el NASA Institute for Advanced Concepts para construir un telescopio líquido gigante en la Luna, que podría ser cientos de veces más sensible que el Hubble.
Los telescopios líquidos no son nuevos, la idea data de 1850. El más grande del mundo (6 metros de diámetro) está en Canadá.
Estos telescopios funcionan de la siguiente manera: en vez de tener un espejo primario sólido (un espejo parabólico construido de un metal pulimentado), se llena un “plato” con mercurio y se pone a girar. Como ya predijo Newton, el líquido en rotación dentro del campo gravitatorio terrestre toma forma de paraboloide de revolución - la forma de un espejo parabólico sin el coste y la precisión de pulir un metal hasta el extremo.
Pero un telescopio líquido en la Luna tendría enormes ventajas.
Vía | El Tamiz
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