"Muchas líneas de evidencia sugieren que la sangre hace algo más interesante que tan sólo entregar suministros", explica el investigador Christopher Moore. "Si modula el modo en que las neuronas transmiten las señales, eso cambia el modelo hoy aceptado acerca de cómo funciona el cerebro".
Según la hipótesis de Moore, la sangre no es sólo un sistema de apoyo fisiológico sino que ayuda de un modo más directo a controlar la actividad cerebral. Específicamente, cambios localizados del flujo sanguíneo afectan a la actividad de neuronas cercanas, cambiando el modo en que se transmiten señales unas a otras y regulando así el flujo de información que circula por el cerebro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario