A los seis meses, la mayoría de los bebes apenas saben cómo sentarse, gatear, caminar o hablar. Sin embargo, según un nuevo estudio, ya son capaces de evaluar las intenciones ajenas y decidir quién es un amigo o un enemigo.
Según científicos de Estados Unidos, que realizaron la investigación, los bebes adquieren la habilidad de evaluar el entorno social en los primeros meses de vida.
"La capacidad de evaluar a otras personas es fundamental para convivir en el mundo social. Los seres humanos deben poder analizar las acciones o las intenciones de las personas que los rodean y tomar decisiones precisas sobre quién es amigo o enemigo”, dicen los autores. “De hecho, todos los animales sociales se benefician de la capacidad de identificar características de los individuos que podrían ayudarlos y de distinguir entre esos individuos y otros que podrían dañarlos."
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